martes, septiembre 01, 2009

Efecto anti-publicitario

Hace días que vengo masticando bronca y pensando en encausarla a través de mis dedos en este, mi humilde espacio blogger, mi ventana al mundo donde puedo decir lo que se me canta, recomendar lo que se me antoja y quejarme con libertad. Aquí va:

Estoy enferma de publicidad.

Estoy absolutamente harta de la publicidad. Harta de que cada vez haya más, en más lugares, más invasora, más dañina. Creo que últimamente disfruto tanto estar en mi casa porque no estoy expuesta a la locura publicitaria. Es ingobernable la cantidad de información visual, audiovisual y sonora que constantemente nos bombardea diciendo que si compramos algo vamos a ser más felices, nos va a reducir trabajo o nos va a hacer crecer las tetas.

Yo entiendo al capitalismo. Él necesita constantemente generar mercados nuevos, o renovar los viejos. Entiendo que la lógica de todo el sistema en el que estamos inmersos (y no podemos hacer nada por cambiar eso, salvo la revolución) se sostiene sobre el sagrado pilar del consumo. Por eso es tan importante convencernos de que somos gordos, feos, o simplemente menos que los demás; y que comprando un producto eso se solucionará.

Pero hay algo que el capitalismo no entiende de mí, y de personas como yo. Y es que su sucia y asquerosa estrategia publicitaria genera lo contrario en mí. Lo he dado en llamar el efecto anti-publicitario. Déjenme explicarme. Asumo que todos mis lectores frecuentan los canales de televisión Sony y Warner, al menos un poquito. Yo los frecuento bastante (teniendo en cuenta que miro poquísima tele). Bien. No sé si habrán notado la insoportable cantidad de publicidades que la marca Colgate tiene en esos canales. Es infernal. No es posible que una marca tenga tantos productos diferentes cuando se reduce al estrecho mercado de la higiene bucal. Pero Colgate siempre se las ingenia: enjuagues bucales, centenares de diferentes cepillos de dientes, miles de pastas dentífricas entre las cuales elegir. Hay que admitirles que se sacaron un 10 en Chamuyo intentando diferenciar un cepillo de otro, o un dentífrico de otro. Pero tanto me han llenado los ovarios con helio, que hace ya más de un año Colgate me ha perdido para siempre como consumidora, por culpa del antes mencionado efecto anti-publicitario. He decidido, conscientemente y como reacción a su bombardeo publicitario, no comprar nunca más un producto Colgate. Y desde entonces soy afiliada a Kolynos.

Así como me pasó con Colgate, me pasa con miles de otras marcas o productos. El entretenimiento es uno de los ejemplos más claros de esto. Consumo varias revistas (OK, lo admito, soy una fetichista de las revistas), pero son elegidas con mucho cuidado. Y ninguna de ellas está tratando de venderme sólo la publicidad que viene adentro. Detesto con toda mi alma publicaciones del tipo Para Ti, cuyo único contenido es un catálogo bastante caro. Salgamos del micromundo editorial: pensemos en la radio. La cantidad de segmentos auspiciados por marcas que hay en los programas de la Metro es infernal. "Auspicia las máximas del Hombre Cualquiera Red Megatone". WTF?... Y ni hablar de las estruendosas publicidades entre bloque y bloque. Logran que me saque los auriculares durante 10 minutos...

El efecto anti-publicitario entonces, cambia nuestro consumo en función del rechazo que nos producen ciertas marcas o medios por su discurso publicitario. Producen el efecto exactamente opuesto al deseado: en lugar de tener ganas de consumir, rezamos porque la empresa quiebre y no tengamos que ver nunca más a una notera con un cameraman entrar corriendo al baño de un pobre flaco que tiene mal aliento.

Como dije al principio, yo entiendo al capitalismo. Entiendo que hay ciertos emprendimientos que si no fuera por la publicidad que llevan encima no podrían ser posibles (caso de revistas y radios independientes, blogs, y demás). Es claro que no sólo tolero sino que apoyo esta clase de publicidades, y me parece que dentro de todo es beneficiario para ambas partes, y al consumidor no lo perjudica en gran forma. A mí lo que me rompe la paciencia es ir a mear al baño de un shopping y que a la altura de mis ojos sobre el inodoro haya una publicidad enorme en la puerta. Me siento violada e impotente porque yo no puedo hacer nada porque pongan publicidades en los baños de los shoppings, en los asientos de los colectivos o en carteles cada vez más inmensos que tapan el escaso sol porteño. No existen ningún tipo de ley que proteja mi derecho de ver el cielo, viajar en bondi tranquila o mear en un shopping en paz. Es imposible luchar contra ellos.

De modo que enalboro la bandera del efecto anti-publicitario como mi pequeña venganza personal. Y busco otras opciones. ¿No me banco escuchar la Metro? Escucho radios online. ¿No soporto ver Sony y Warner? Me bajo películas y series por uTorrent. Así, estoy matando dos pájaros de un tiro. Porque no sólo me limpio de publicidad dañina (y no les compro un carajo), sino que además encuentro cosas mucho más interesante buceando en lo under de Internet y los kioscos de revistas. Encuentro proyectos piolas, creativos e inteligentes de gente que de verdad se merece cobrar por ello y vivir de eso. Y cuyas publicidades no me ahogan, sino que me ponen contenta.

Y todo gracias a que el capitalismo no me entiende.

15 comentarios:

Unknown dijo...

El primero aquí. Buen post milady. Yo compro Colgate though...

Claire Mandarina dijo...

Martín Alejandro: Gracias, milord. Usted siempre tan amable.

Quisiera saber qué opinan ustedes del post. Si resulta que no soy la única loca en el planeta que reacciona así me pondría muy contenta.

Border dijo...

Coincido contigo que la publicidad ya forma parte de la agresion que sufrimos diariamente.
Pasa lo mismo con las obras de teatros, podes ver cosas muy buenas en el underpor mucho menos capital.
Te juro que extraño la epoca que veias una pelicula de corrido en el cable, sin interrupciones!!


Besote grande Mandarinita.

Patricio dijo...

Miro Friends en Warner de 1 a 2 casi todos los días. Hay más o menos cinco publicidades de Colgate, que uno ya se aprendió de memoria. La de los cepillos que hablan con voz de nene te cansa tanto que un día de estos le revoleo algo a la tele...

caféconcert dijo...

adhiero. a veces es too much.

usé kolynos toda mi vida. y no tengo cable ni TV en mi casa.

algunas cosas podemos elegirlas ;)

besito

Belu.M dijo...

Hay propagandas que exasperan y son poco efectivas. Vos diste un ejemplo, la de colgate, tiro otro, la de prip! esa propaganda no tiene sentido y es insoportable!! en cambio hay otras que están muy buenas y cumplen su objetivo, como las de quilmes (recuerdo la de osvaldo.. amaba esa propaganda)... en fin, hay propagandas y propagandas...

Claire Mandarina dijo...

Border: El under en general suele ser más creativo que el mainstream, sí. Obvio que no hay que ser chatos y pensar que por ser under algo es bueno y por ser mainstream es una mierda; nada te lo garantiza. Y sí, ahora hasta Cinecanal te corta las películas!! Buuu!!!

Patricio: Sí sí, son INSOPORTABLES, yo tengo re comiendo darle mute a la TV en las tandas y volver a poner el sonido cuando arranca el siguiente bloque...

caféconcert: Aguante Kolynosss!! :D

Bel Torres: Por supuesto, hay publicidades muy creativas y que son una verdadera joyita... pero son las menos. Igual, hablaré de eso en otro post, porque me quedaron ganas :)

Gracias a todos por sus comentarios!!

Valeria dijo...

Demasiada contaminación visual y sonora.Ayer creí enloquecer mientras comía, justamente por este motivo. La publicidad invadió TODO. A mi también ME PUDRE. Pero esto es el resultado de la competencia feroz; es querer ganar por insistencia. Y aprovecho y me desquito sobre algo que tengo en mente hace mucho. Hace falta pasar propagandas de toallitas, tampones, alimentos para perros que dan mierda mas espesa (lo juro) o niños cagando pañales, exactamente EN LA CENA, la concha de la lora? ni comer tranquilos podemos, carajo? déjennos vivir en paz!
Muy buen post Claire.

Anónimo dijo...

Coincido plenamente con tu post. Pero debo darte/darles una mala noticia: Kolynos ES de Colgate. Info en su sitio http://investor.colgate.com/releasedetail.cfm?ReleaseID=399938&ReleaseType=Earnings
Realmente lo siento. Nos tienen rodeados :(

Claire Mandarina dijo...

Valeria: Sí, sí es terrible. Yo también veo tele mientras como (de hecho es el único momento del día en que miro tele, y ni siquiera todos los días) y la verdad, es insufrible. Otro día haré un post analizando algunas publicidad en particular que me parecen llamativas por su ridiculez, espero que también te guste ese :)

orbisdigitalis: FUCK!!! Qué mala noticia!!!... ¿Y ahora? ¿Cuál compro? ¿Odol?... Decidámoslo rápido porque me quedé sin pasta de dientes ayer! :P

Liv dijo...

En una hora de progamacion, 30 minutos son dedicados a propagandas QUE ENCIMA LAS REPITEN. Y si, creo en el efecto 'anti-publicitario', uno se cansa y termina tarareando inconcientemente las melodias y letras que suenan de fondo en esas putas publicidades. A su vez, uno sin siquiera analizar el mensaje de ellas, termina conveciendose del producto, aunque no sepa exactamente que es lo que brinda.

aapayés dijo...

Un placer pasarme por tu blog.. me gusta mucho.. tus escritos me quedo conociéndolo un poco más. te sigo..

Un abrazo
Saludos fraternos

Claire Mandarina dijo...

Liv: Justamente lo que yo intento es no dejarme convencer... no pueden manejar mi vida!!

Adolfo Payés: Me alegro que te guste, sos bienvenido a volver cuando quieras.

Fede dijo...

Hola!

Como todo sistema, tiene fallas, y estas son de las más molestas que existen. No sólo molesta la publicidad, sino la excesiva cantidad de pelotudeces innecesarias que aparecen, y que hacen que a uno le tomen 15 minutos elegir un yogur entre 400. Lo peor es que, con tanto recambio de productos, y etcs...la riqueza sigue en manos de los mismos, no se genera nada nuevo!

Igualmente, el efecto empujador que ejerce esta sobrecarga de cosas, que hace que muchos salgamos corriendo hacia nuevos huequitos, es positivo. Y lo más contradictorio, es que muchos de esos huequitos se forman con expresiones de rechazo hacia esa masa enorme, y transforman toda esa porquería en un caramelo para quienes necesitamos algo dulce para los sentidos o el alma.

saludos!

Claire Mandarina dijo...

Fede: Yo no sé si las consideraría "fallas", me parece una parte intrínseca del sistema, no algo que esté andando mal en él... pero es cierto lo que decís, lo que tiene de bueno es que nos estimula a buscar otras cosas.