lunes, diciembre 28, 2009

Mansa Radio


Rock & Pop muérete de envidia

www.MansaRadio.com.ar

lunes, diciembre 07, 2009

Easy Star All Stars en Niceto

El día de ayer tuve la enorme felicidad de asistir al recital de Easy Star All Stars en Niceto Club. Los muchachos presentaban su último disco, Sgt. Pepper's Lonely Hearts Dub Band y hacía ya más de un mes que tenía mi entrada. Estaba entusiasmada y con muchas expectativas porque amo esta banda.

Luego de una cola no muy larga entramos a Niceto para tomar alguna birra y fumar un poco de reggae. El ambiente estaba tranqui, cuelgue, y el DJ no le ponía mucha onda a la previa (reggae, sí, pero del tranqui), así que pronto terminamos todos sentados en el piso, en rondita, bien rasta. A eso de las 22hs, o más, arrancó Holy Pibby - banda nacional con mucha onda y buen sonido. Pero todos queríamos la posta. Terminó, y el escenario volvió a cerrarse. ¿Cuándo llegarían las estrellas?

Al rededor de las 23hs (ya algo aburridos de tanto esperar) pudimos ver debajo del telón movimiento. Zapatillas que iban y venían generando expectativa, hasta que un par de plataformas de animal print se quedaron quietas. Era el momento. This is it!

El telón se escabulló y explotó el show. Primera fila, contra la valla, disfruté, canté, reí y bailé como hacía mucho. Easy Star suena impecable, con músicos que no sólo le ponen toda la onda del planeta sino que además tocan increíble. El público estaba de fiesta. Había mucha gente pero no estaba al tope, lo cual lo hacía mucho mejor: este tipo de bandas es para verlas bailando. Si bien el recital era para presentar su último disco, hicieron varios temas de los anteriores (Dub side of the moon, Radiodread y Until that day), lo cual sumó un montón porque sus versiones de Radiohead y Pink Floyd también patean culos!

Afortunadamente mi amiga @demente llevó su cámara de video, así que me puse en plan cinematógrafa y filmé muchos temas. El sueño de presenciar un show con tanta felicidad se me cumplió. Los muchachos de Easy Star me vieron filmando y se copaban posando, juntándose para entrar en un encuadre y mirando a cámara. Sentía especial buena onda de su parte hacia mi humilde y gruppie persona que no paraba de agitar, pero pensé que alucinaba (¿quién no se ha sentido así en un recital?). Sin embargo, dos actitudes luego me lo confirmaron. Para cuando tocaron el último tema, Karma Police, la cantante bajó del escenario y me dio el micrófono!... Nunca me había pasado eso en un recital y fue increíble. Es muy raro cantar con micrófono sin retorno, espero no haber desafinado mucho, en consideración con mis compañeros recitaleros. Finalizado el tema Niceto estallaba, nadie quería que se fueran y las ovaciones no paraban. A la banda se la veía realmente emocionada, pero no tanto como yo cuando su líder me miró a los ojos y me hizo la seña de Yo te banco!. Morí de amor!...

De modo que les dejo aquí algunos de los videos para que puedan disfrutarlo tanto como yo. Eso sí, espero que mi canto no les moleste demasiado.

¡Atención!
Easy Star All Stars toca nuevamente en Niceto mañana
martes 8 de diciembre a las 21hs!







martes, noviembre 24, 2009

Juego de rol

Te propongo algo. ¿Te copás? Vení, sentate acá. ¿Querés algo? Yo me voy a hacer un té, y tengo soda en la heladera... ¿un café? ¿Mate? Bueno, soda. Ahí te traigo. ¿Fría querés? Dale, dame un segundo.

Acá tenés. ¿Algo para picar, te puedo ofrecer?... Bueno en realidad no hay mucho, puedo agarrar unas milanesas que sobraron del mediodía y cortarlas en cuadraditos - quedan de copetín. ¿No tenés hambre? Mirá que les ponés mayonesa y... Bueno, listo, nada para comer. ¿Seguro? Okey.

Mirá, quería proponerte lo siguiente... Quería que juguemos un juego de rol un rato. Imaginate que yo soy Lau. Laura. Tu hermana, boludo... No sé si te suena. Je... bueno, imaginémonos que yo soy Laura, tu hermana menor. Vos siempre dijiste lo mucho que nos parecemos - que los gustos, la forma de ser, somos parecias, ¿no? OKa. Vengo un día, una noche, recién llegás de laburar y yo sigo despierta. Nos encontramos... en la cocina, como estamos ahora. No sé, yo me estoy haciendo un té y vos venís a buscar un vaso de soda. Nos sentamos en la mesa, vos con tu soda, yo con mi té, y te cuento... Te cuento que estoy saliendo con alguien. Yo, Lau, tu hermana menor, estoy saliendo con un tipo.

Cuántos años tiene es lo primero que me preguntás. Diecinueve, te digo yo. Tiene dos más. ¿Vos qué te imaginás? Un hijo de puta. Sale con tu hermanita el degenerado drogón ese. Seguro que anda en un motociclo pedorro y lo cuida como si fuera una Harley Davidson, pero no tiene un peso partido a la mitad, y encima se coge a tu hermanita. Pero te callás y me preguntás, más ubicado, si me trata bien. Yo te digo que sí, que labura, y toca la guitarra en una banda de rock. Como vos.

Y ahí te interesa. Si es rockstar puede ser un salame o un tipo inteligente. Puede ser un caballero o un golpeador de menores, pero aunque sea le das el beneficio de la duda. Me preguntás qué música escucha. Te digo, rock, punk, algo de tango. Querés detalles. Beatles, Floyd, Ramones, Goyeneche. Suena bien, ¿no? Mejora el pibe. Igual, insistís: ¿pero me trata bien? ¿De verdad? Porque sino vas y lo cagás a trompadas...

Y yo, Lau, me río de mi hermano mayor, y le digo que es un cuida. Y que mi nuevo novio es un rockstar. Que lo voy a ver a recitales, me emborracho y fumo porro con él en el conurbano todos los fines de semana. Que me coge cuando puede porque en general está zarpado en droga y no se le para, pero que yo lo entiendo y lo quiero igual. Que no, obvio que no me pega, aunque tampoco me acaricia o me mima, pero que él es así, medio arisco, porque así lo criaron, no es un tipo cariñoso. Y que sé que en el fondo es un buen tipo, que capaz no pasa mucho tiempo conmigo porque labura, y tiene la banda, pero que los ratos que pasa conmigo se re porta. Y que yo lo quiero así.

Amor, ¿vos qué le dirías a tu hermana si te dice eso? Yo sé lo que te pasaría: lo querrías cagar a trompadas al pendejo drogón, ¿no es así? Romperle la cabeza con un bate de béisbol en una plaza pública o destrozarla contra los escalones de la casa de la madre, para que vea qué clase de cadáver tiene el hijo que crió. Bueno, quizás no tanto, pero entendés el concepto. Te parecería que el tipo la trata muy mal a Laurita, que no le da la atención que le corresponde con lo linda e inteligente nena que es. ¿Cómo es posible que un tipo no valore a la mina que tiene al lado, cuando esa mina es una mina como Laurita, o como yo, que somos parecidas?... ¿no, mi amor?


Entonces te pido, por favor... Dejá la falopa, negro. Dejala, o vas a tener que auto-romperte la cabeza porque vos te portás tan pelotudo conmigo como el personaje ese se portaría con mi cuñada. Dejala, o te dejo yo.

lunes, noviembre 23, 2009

Concurso Oblogo - Hipotecario

Quedan sólo cuatro días para votar en el concurso Oblogo - Hipotecario y la olla comienza a hervir. Hoy de mañana recibí un correo electrónico en el que me informaron que mi post Tragedia Romántica se encuentra en el top 15 de los votados!

Así que si todavía no lo hicieron, pueden re coparse y votar el post haciendo CLICK ACÁ. Miren que menos de cuatro estrellitas me bajan el promedio, eh!...


¡¡Gracias a todos y todas por su apoyo!!... ¡Estoy muy nerviosa!

martes, noviembre 17, 2009

La mujer azul

Hay una noche que tiñe de azul oscuro el patio. Como una anilina invisible pero poderosa que impregna las paredes de humedad, la noche se desparrama por mi ventana y mi reloj. Miro la hora: 3:58am. Casi las cuatro de una madrugada más metida en el espiral sin fin hacia un futuro que depende exlusivamente de mí.

Bien.

Buena forma de arrancar un miércoles.

Me desperezo. No es horas de estar laburando. ¿Cuántas horas hace que estoy frente a esta computadora? ¿Seis, siete, nueve?... Perdí la noción del tiempo en la noche. Me pregunto cuánto tiempo tardará su anilina en impregnarme la piel y teñirme de azul. Falta poco, estoy segura.

En efecto.

El líquido entra por mis poros como lombrices microscópicas que alcanzan mi sistema circulatorio. Me cambian. La sangre entra en ebullición fría y me recorre, renovándome. La siento avanzar. Mis brazos se oscurecen y la tintura avanza. La piel se me va enfriando en su inevitable avance. Siento revoluciones microscópicas en mis arterias, como fuegos dulces que explotan en la piel. Crecen pimpollos celestes en los lóbulos de mis orejas, y florecen margaritas turquesas en mi cintura. Un barco pirata iza sus velas sobre el océano embravecido de mi espalda. La noche no me tiñe homogénea, sino versátil - tornasoles y sombras me decoran según la luz. Me sacudo el vestido y me trepo a la ventana abierta: el frío de mi madre me golpea en la cara y los pechos se me erizan. Es una linda noche.

Salgo al patio de mis colores y miro para arriba. El cielo brilla alfombrado de nubes lilas, es imposible adivinar la luna. Me reflejo más violeta en esta luz, tengo que andar con cuidado.


No sea cosa que las presas me vean venir.

domingo, noviembre 15, 2009

Y sin embargo, mujer




De sobra sabés que sos el primero
que no miento, si juro que daría
por ti el mundo entero,
por ti el mundo entero.

Y sin embargo un rato cada día,
ya ves,
te engañaría con cuqluiera,
te cambiaría por cualquiera.

Ni tan arrepentida,
ni encantada,
de darte yo mi vida, lo confieso,
yo que tanto he besado, yo
que te he enseñado.

Yo sé mejor que vos que hasta los huesos,
sólo calan los besos que no has dado,
los labios del pecado.

Porque una casa sin ti es una emboscada,
el pasillo de un tres de madrugada,
un laberinto sin luz,
ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.

Y me envenenan los besos que voy dando,
y sin embargo cuando duermo sin ti, contigo sueño.
Y con todos vos dormís a mí lado,
y si te vas, me voy por los tejados
como gata sin dueño,
perdida en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla
mi hermosura.

No debería contarlo, y sin embargo,
cuando piden la llave de un hotel
y a media noche encargan un buen champagne francés,
y cena con velitas para dos,
él siempre es otro, amor,
nunca sos vos.
Bien sabés lo que te digo.

Porque una casa sin ti es una oficina
un teléfono ardiendo en la cabina
una palmera
en el museo de cera.
Un éxodo de oscuras
golondrinas.

Y me envenenan los besos que voy dando,
y sin embargo cuando duermo sin ti, contigo sueño.
Y con todos vos dormís a mí lado,
y si te vas, me voy por los tejados
como gata sin dueño,
perdida en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla
mi hermosura.

Y cuando vuelvo hay fiesta en la cocina,
y bailes sin orquesta y ramos de rosas
con espinas.
Pero dos no es igual que uno más uno,
pero el lunes al café del desayuno
vuelve la Guerra Fría.

Y al cielo de mi boca el purgatorio,
y al dormitorio el pan de cada día.

viernes, noviembre 13, 2009

Hollywood Mar del Plata

Si esto fuera una película de Hollwood, la situación sería otra.

La ventana del bar del hotel sería inmensa, de quince por siete metros, vidrio doble. La vista desde el piso 50 donde estoy ubicada me ofrece la panorámica de una ciudad norteamericana que brilla en cada luz de neón - Boston, Seattle, quizás Nueva York. Tengo un vaso de whisky en la mano, Johnny Walker etiqueta negra sin hielo, y un cigarrillo con boquilla en la otra. El pelo atado, las uñas verdes y mis lentes-antifaces sobreviven en Hollywood; el resto de mi atuendo dejó paso a una combinación sexy y elegante que cubre mi cuerpo de Jennifer Lopez. El sector fumador del bar está poblado por seis o siete personas más, algunas parejitas, el resto hombres de traje y corbata que beben penas y fantasean con streapers sentados en la barra. Fumo, pensativa, y escribo en una libreta de cuero que llevo a todos lados, con la Parker de platino que mi padre, ex agente del FBI, me regaló para mi último cumpleaños. Estoy de visita en la ciudad cubriendo un festival de cine para la revista en la que trabajo. No, de hecho, soy jurado del festival. Eso justifica el derroche de glamour del hotel, el bar a cuenta de la habitación, la habitación a cuenta del festival. Pero me encuentro sola. Sola y tomando Johnny Walker. En Hollywood, al menos tengo glamour.

Sin embargo, aquí estoy. En la planta baja del hotel Juan D. Perón de Mar del Plata. Mi whisky caro y sin hielo se revela en su verdad tercermundista de botella de Quilmes de boca ancha. En este lugar no existe un salón fumador, sólo una vereda inhóspita y fresca. A través de mi ventana no me puedo enamorar de un hermoso horizonte nocturno de luces ciudadanas y diminutas; a lo sumo una calle gris y húmeda con un Fiat Spazio estacionando en la esquina. Los borrachos de barra se esfuman en el aire, y me dejan con un guardia de seguridad que mira comedias románticas dobladas al castellano neutro por TNT. Sola y tomando Quilmes. Sin Hollywood, pierdo todo mi glamour.

Sin embargo, a pesar de ser anti-glamorosa, peronista y cervecera, estoy en un festival de cine. Así que Hollywood puede ir y meterse sus cincuenta pisos cinco estrellas bien en donde le duela - y yo, yo me voy a ver películas.

miércoles, noviembre 11, 2009

Una decisión a tomar

Sé que vengo ausente desde hace demasiado por acá, pero tengo mis motivos. La neurosis, el bardo y el laburo no me ayudan a mis intentos de ser prolija.

Me encuentro en tiempos de encrucijada y tomas de decisiones. Para poder explicarlas, necesito retratar mi realidad laboral.

Trabajo desde el pasado mes de Junio en un convenio entre el CONICET y el Ministerio de Desarrollo Social. El mismo consiste en que el CONICET armó un grupo de trabajo que da de alta en el sistema de ANSES a los beneficiarios de las pensiones otorgadas por la Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales (CNPA). Mi trabajo, entonces, era responsable de altas o data entry. Lo que se dice tipear numeritos todo el día.

Cada dos meses el convenio se renovaba y pasaba una nueva partida de expedientes a dar de alta. Hasta la semana pasada ese fue mi trabajo. ¿Cuál fue el problema entonces?

En principio, laburaba en negro. Lo que se dice negro noche. No firmé ningún tipo de contrato, sólo una declaración jurada de confidencialidad de los beneficiarios de las pensiones. Me tuve que anotar como monotributista y presentar factura para cobrar... cuando cobraba.

Al día de hoy (11/11), todavía me deben los pagos de septiembre y octubre. Agosto lo cobré hace dos semanas (o sea, a finales de octubre). El retraso de los pagos llega a los dos meses y nadie se inmuta por modificarlo - dicen que no hay nada que puedan hacer, que las partidas presupuestarias, que el Ministerio, que la mar en coche. Y lo mejor de todo es que nos aseguraron que esto va a seguir siendo así. Lo que laburaremos en Noviembre y Diciembre recién lo cobraremos en Marzo/Abril - y ni hablar de Enero y Febrero.

Con motivo del enorme atraso de los pagos algunos pibes armaron quilombo y un día cayó una inspección del Ministerio de Trabajo. No sé muy bien qué pasó porque fue en el otro turno, pero tengo entendido que se inició una causa sumaria... que igual no solucionó nada.

Con motivo de esto las altas cúpulas decidieron que antes de la firma del nuevo convenio (Nov-Dic) se convocará a los laburantes a través de una mujer de RRHH y que nos harán firmar un contrato de locación de servicios. Lo que sería subir medio escalón hacia la legalidad laboral (sólo medio). Pero, aún así, seguiremos cobrando con dos meses de demora.

¿Cuál es el problema de esto?... Al demorarse tanto los pagos, cuando finalmente llegan lo único que tenemos son deudas. La plata llega y se va instantáneamente porque ni siquiera nos pagan los meses atrasados juntos, sino de a uno. Veo escurrise mi salario entre mis dedo como un puñado de arena. Esto genera que me tome el laburo cada día menos en serio... ¿cómo pueden pedir algún tipo de compromiso si ellos mismos no pueden cumplir el más básico de todos? Yo vendo mi fuerza de trabajo - si no me la pagan, ¿dónde está el beneficio? ¿Dónde la seriedad?

Estos días de parate entre convenios me están haciendo pensar mucho. Y la verdad es que no sé si quiero volver ahí. Los pros siguen existiendo: son pocas horas, el laburo es sencillo, hay buen ambiente laboral y dentro de todo es un buen sueldo. ¿Pero de qué me sirve un buen sueldo si no lo cobro? Lo que más me molesta es la actitud de los gerentes - como si debiéramos estar agradecidos de que, aunque sea, tenemos laburo. Como si pedir lo pagos en tiempo fuera un reclamo sindical desmedido y caprichoso. Ni hablar de tener vacaciones (ni siquiera pagas! vacaciones sin cobrar!) - nos fue negado al momento de sugerirlo.

De modo que estoy en tiempos de encrucijada. He comenzado a considerar la posibilidad de patear el tablero y apostar un todo o nada a lo que realmente me gustaría dedicarme: escribir. Emprolijar mi CV, armarme un lindo portfolio y empezar a golpear puertas de revistas ofreciéndome como freelancer. Moverme por Twitter, Linkedin, cualquier lado: todo contacto sirve, y algo de talento tengo. Además tengo el colchoncito de los dos meses que me deben, de modo que no quedo en tetas totales: en cierta forma me obligan a ahorrar, aunque sea un poquito. Jugármela en mi vida de una buena vez.

Pero tengo miedo. Tengo miedo a mis cuelgues y mi dispersión horaria; tengo miedo de fracasar rotundamente, y no por mi falta de energías sino mi falta de organización. Necesito entrar en la rueda, fabricarla, encontrarla. Pero creo que una vez que esté adentro, la cosa va a girar bien.

lunes, octubre 26, 2009

La mujer roja

La primera vez que la vi fue desde el colectivo. Una madrugada cualquiera volvía a casa en un 64 vacío y con olor a desinfectante, y miraba por la ventanilla, distraído, cuando la vi. Estaba al lado de un kiosco de diarios. No puedo precisar haciendo qué. No estaba parada, quieta, pero tampoco caminaba - una postura en movimiento en una ciudad inmóvil, como si el cuerpo le vibrara emitiendo ondas en el aire. Desde la vereda me miraba con sus ojos rojos como dos brasas: líneas amarillas, naranjas y verdes brillaban en esos iris hechos de fuego. Vestida o desnuda, era toda, absolutamente toda roja. Su cabello tan largo y lacio ondeaba como una publicidad de shampoo, iluminando de rojo la vereda. La mujer brillaba con un aura de chispas, como un fogón de campamento. Todo duró unos segundos. El colectivo volvió a arrancar y ella me mandó un beso que quedó suspendido en el aire.

Esa noche soñé con ella por primera vez. Tan difusa su imagen en la realidad como en el sueño, la mujer roja me tocaba y la piel quemaba, pero no dolía. Olía a pelo chamuscado, a víctima de un demonio, a amor sin mañana. Cuando me desperté estaba muy transpirado, y las sábanas humeaban en silencio.

Al día siguiente llegué a la conclusión de que ella era una alucinación producida por la falta de sueño o el exceso de antidepresivos. Me convencí de que la visión del colectivo había sido un delirio momentáneo, o que me había quedado dormido. Ese tipo de cosas pasan seguido... no?

Pero a la tarde tuvimos una reunión de trabajo con varios socios del buffet. Estaba concentrado en los números y datos que tenía que informar en la reunión, cuando la vi sentada en un rincón. Piernas cruzadas, un brazo sobre el regazo y otro sosteniéndole la barbilla. Me estaba sonriendo. A mí. Se me cayeron todos los papeles y los levanté, muy nervioso. Miré a los otros socios del estudio pero ningún otro parecía prestarle atenció a esa silla de rincón donde una mujer roja presenciaba la reunión. Mi actitud de espásmico le divertía. Se reía con dulzura viéndome ordenar los papeles, mirar de reojo y ponerme nervioso como un nene de primaria. Sus chispitas saltaban al rededor sin llegar a tocar nada, y se dedicaba sólo a mirarme trabajar. No prestaba atención a lo que los demás decían, y yo tampoco. De repente un compañero me tocó el hombro, era mi turno para hablar. Empecé a balbucear tontamente, leyendo cifras desordenadas, sintiendo de repente mucho calor. La vi reirse, divertida de mi bochorno, pero con mucha ternura, como una novia cuando te ve tropezar en la calle. Apagaron la luz para mostrar unas diapositivas, y de repente todo se oscureció demasiado. Ella brillaba como una antorcha encendida que empezaba a consumirse. Movió los dedos de una mano, como un saludo, y se la tragó la noche. Cuando las luces volvieron, mi miedo se confirmó: había desaparecido otra vez.

Soñé con ella por segunda vez. La veía e intentaba hablarle, preguntarle quién o qué era, qué quería conmigo, algún tipo de explicación, pero ella se limitaba a reirse y besarme la punta de la nariz hasta que me abandonaba a abrazarla una vez más.

Al día siguiente la busqué por todas partes. Cada paso que daba era una posibilidad de encontrarla en una esquina. En el estudio pasé algunas veces para mirar la silla vacía desde la cual me había mirado toda la reunión, pero nunca volvió a aparecer. Para las nueve de la noche ya había perdido las esperanzas, y además tenía una cita con Sofía, una chica con la que venía saliendo hacía ya varios meses. Me bañé, me empilché, me vestí como un macho ganador y salí a la calle despreciando una mujer imaginaria para ir a buscar una real.

Durante la cita ya había logrado relajarme. Sofía es una mina simple. No muy brillante pero con un lomazo impresionante. Además cocina como los dioses, y se deja manosear como corresponde. La cena estaba exquisita y el vino aún más. Al poco rato mandé a Sofía a arrodillarse ante mí para que disfrutara de su postre. Ya estaba sumergido en el placer, cuando de repente la volví a ver. Mucho más cerca que cualquier otra vez en vigilia, la mujer roja se me acercaba lentamente, radiante. Debo admitir que me asusté. Sobre todo cuando empecé a sentir las chispas sobre mi piel, reales, quemando sin doler. No me atreví a detener a Sofía, estaba paralizado. Y entonces, con voz de lava dulce y aliento a cenizas frescas, la mujer roja me susurró al oído:


Respondiendo a tu pregunta, yo soy todo lo que te falta.

lunes, octubre 19, 2009

Caprichitos

Tengo ganas de darte besos en párpados cerrados, de dormir respirando tu sueño y hacerte masajes en los pies. De cocinarte desnuda con un delantal celeste, cantarte con la guitarra y disfrutar juntos una película de living.

Se me antoja encontrarte revolviendo mi cajón de bombachas, eligiendo una para sacarmela entre mimos y sábanas. Que me hagas cosquillas suavecitas, y reirnos a escondidas de los vecinos. Quiero manipular tu cuerpo a voluntad, como tubos de ensayo en un laboratorio de cuatro paredes blancas y un colchón de dos plazas. Decodificar tu piel de a tiritas, clasificándola según su sensibilidad y tu reacción, para anotarlo en la lista de formas de hacerte feliz.

Encendeme un pucho, contame un secreto, sorprendeme de a ratitos. Tomemos vino en la terraza, escapémonos un finde a la costa, dejame desenvolver el regalo que oculta tu ropa. Vení cuando te lo pido.



La pasaríamos muy bien.

Votate esta Mandarina!

Sé que últimamente están habiendo demasiado posts auto-referenciales en este blog, pero no puedo evitarlo: el maravilloso mundo de Internet me sigue haciendo feliz, y tengo que compartirlo en este lugar.

H
oy se lanzó el concurso Oblogo - Hipotecario, un concurso entre todos los posts publicados hasta la fecha en la revista Oblogo. Como muchos de ustedes ya sabrán, tuve el honor de salir no una sino tres veces publicada: los posts Tragedia Romántica, La predisposición a la locura y Miss Universo salieron en los números 8, 13 y 18 respectivamente.

De modo que los invito a pasarse por la página de Oblogo para votar estos o los posts que más les hayan gustado. Pueden hacerme ganar el Premio del Público! Yo confío plenamente en ustedes, queridos lectores míos!! Atentis que el sistema es por cantidad de estrellitas que le asignan a cada post, y todavía no sé muy bien cuántos te deja votar por día e IP (los muchachos de Oblogo no son muy claros en esto). Así que, ya saben!... Support Mandarina for Oblogger!!

domingo, octubre 18, 2009

Killing me softly

Yo sé que estuve mal.
Que veníamos bien y de repente me porté mal.
Como dice Malena, que filma videos como ninguna: "Veníamos bien, veníamos muy bien". Las cosas estaban funcionando. Había algo en nuestra comunicación, nuestra química o mis dedos que hacía que marcháramos con viento a favor. Vos crecías con mis mimos, yo me iluminaba en el reflejo de tus luces. Todo venía suave y cómodo, como un cadillac rojo rumbo a Las Vegas en un atardecer de desierto a 200km/h. ¿Qué podía pasar? No le temíamos al futuro. Sabíamos que estaba ahí, inexpugnablemente inalcanzable en la línea de un tiempo condenado a caminar para adelante, pero no nos importaba. Habíamos decidido disfrutarnos, compartirnos y gozarnos durante todo el presente que tuviéramos. Y mierda que nos estaba saliendo bien.

Los días pasaban y crecían a semanas y meses. Las horas juntos subían y bajaban, dependían de vos pero sobre todo de mí. Mis tiempos locos, atérmicos, incorregibles: horarios de trabajo, compromisos, amigos y yo misma demandándome atención personalizada. Y vos entre todos ellos, aún brillante, sonreías paciente y me veías hacer malabares con el reloj para exprimirle a la vida todo lo que me ofrece. Así me conociste y así te gusté, aceptando de entrada mi condición de dispersa en vela.

Pero el tiempo comenzó a alargar. Dejamos de compartir momentos para compartir ausencia - vos por un lado, y yo en la mía. Manteníamos contacto, claro, pero ya no era como antes: estaban pasando otras cosas por los caminos de cada uno, y no las compartíamos. Dos trenes con rieles a la deriva, de vías oxidadas y olvidadas en los pastizales de lo nuevo y desconocido. Yo me alejé y vos no te moviste. Quedamos lejos un tiempo hasta asumirlo.



Al menos ahora me doy cuenta.

Aunque no sepa a quién se lo escribo.

sábado, octubre 17, 2009

Cabaret wallpaper


Here life is beautifull.

miércoles, octubre 14, 2009

Los amores de la vida

Mi vieja tiene un amigo, Bubby, al que llama su marido virtual. Es un amigo de hace muchos años con el que habla por teléfono todas las noches antes de irse a dormir, durante una hora o más. Se cuentan qué hicieron en el día, charlan de política y las novedades mediáticas de la semana mientras ella fuma y él se emborracha con vino. Después se van a dormir, cada uno en su cama.

Siempre me dio gracia esa relación que tienen. Dos cincuentones divorciados que apalean la soledad del dormitorio con compañía telefónica. ¿Acaso serán los únicos que hacen algo así? ¿Cuántos complementan ausencias de un lado con compañeros de otro?

El amor toma mil y un formas. Cada relación es en sí misma una nueva forma de amor. A veces nos hacen creer que una vida sin amor pasional (entiéndase "de pareja") es una vida incompleta, gris, marchita. Como si tener un hombre al lado le diera sentido a la existencia de una mujer, y viceversa.

Bubby una vez le dijo a mi vieja que el problema de las minas es que buscan en un tipo todo (un marido, un compañero, un amante), hasta que se dan cuenta de que la posta es un marido por un lado y un amante por el otro. Mamá Mandarina, en cambio, dice seguir creyendo en el amor completo entre dos personas.

Y yo... yo tengo mis dudas. Creo que la hermosa pluralidad del amor es su virtud más grande. Podemos no estar en pareja, o no estar enamorados, pero con amigos y amantes la vida se llena de amor y compañía.

El secreto está de la felicidad en no ser solitario.

domingo, octubre 11, 2009

Entrevistate esta Mandarina

El maravilloso mundo de Internet sigue dándome gajos de felicidad.

Esta vez, los muchachos de la revista online El Vernáculo dedicaron la sección Blogósfera a Mundo Mandarina, el blog de esta humilde servidora. Me hicieron una entrevista muy simpática que ya salió publicada en su número 78 (con fotitos y todo!).

Pueden leer la entrevista haciendo click en la imagen o acá.
Atenti que es en la página 88!


Gracias a Leonardo Gudiño, autor de la nota, por tus piropos y tu interés!

miércoles, octubre 07, 2009

Pasajera nocturna

Hace ya algunas semanas que vengo con algunos problemitas para dormir de noche. Mi rutina nocturna viene a ser la siguiente: llego de laburar, ceno algo, me cuelgo en la computadora escribiendo, twitteando y boludeando y cuando me di cuenta son las 4.30am. Hora del bajón. Entonces abro la heladera y me llevo lo que haya encontrado (en el mejor de los casos una milanga fría) al livin, para ver la tele mientras como. Pero justo entonces agarro alguna repetición de una peli o serie que me interesa por más que ya la haya visto, y cuando vuelvo a ver el reloj son las 6am. Y entonces ahí sí, apago la tele, guardo todo, vacío el cenicero y me meto en la cama, agradeciendo que mi horario laboral arranque a las 14hs.

Yo no sé por qué hago estas cosas. Por un lado, bueno, admitámoslo de una vez: tengo una adicción a Internet. Necesito chequear los mails, los blogs, Twitter y, en menos medida, Facebook. También están esos amigos online que una tiene, a los que no les conocés ni la cara, pero con los que pasás horas chateando por día. Pero más allá de Internet... ¿cómo puede ser que me esté cayendo de sueño, y luego de encender la computadora deje de bostezar?

Por otro lado está el tema de la soledad nocturna. Como convivo con Mamá Mandarina, es difícil estar sola y tranquila en casa, sin que nadie interrumpa ni rompa las pelotas. Las madrugadas, en cambio, son sólo mías: ella duerme, yo escribo.

Y por último, está el tema de los límites. ¿Por qué no me voy a dormir a un horario medianamente normal? No digo las 22.30hs, eso no existe en mi mundo ni nunca existirá. Pero, por ejemplo, la 1am... no es un mal horario para acostarse. O las 2am, incluso. Y no. No lo hago. Cuelgo entre bloggers y Legalmente Rubia por más que en mi cabeza todo lo que quede es una niebla sonámbula. Quisiera que se entienda esto: no es que se me vaya el sueño, es que reniego de él. Durante el día puede atacarme un cansancio infernal en cualquier momento. He cabeceado seriamente cargando expedientes en el laburo, y las siestas de 45' que me pego en los colectivos son lo que me mantienen con vida. Pero cuando llega la noche, mi mente se niega a ponerse a descansar, por más que mi cuerpo lo implore. Como si fueran horas secretas de tranquilidad personal que le robo a las madrugadas para tener tiempo no sólo para hacer lo que debo, sino también lo que me gusta.

De modo que sí, tengo problemas con la adicción a Internet, y un serio trastorno del sueño que debo controlar. O al menos aprovechar ese tiempo mejor, y en vez de volver a ver Ray, escribir este post.

Uy, son las 2.10am...

Listo, me fui a dormir.



Good night!




martes, octubre 06, 2009

Mañana de domingo

Un día abriste los ojos a un techo desconocido. Te asustaste y quisiste moverte, pero el cuerpo pesaba 600k y la cabeza te latía como si hubieras dormido apretándola con un torniquete. Rotaste el cuerpo, te incorporaste y con un mareo atroz, te reconociste vestido como la noche anterior. Encontraste una chica desconocida durmiendo a tu lado, linda, en bombacha y musculosa blanca. Los ojos le lloraban maquillaje corrido y se habían pasado el sueño pintando la almohada. La tapaste con una manta de esas escosesas que encontraste a los pies de la cama, y saliste de la habitación.

Encontraste un patio interno, como una casa chorizo, y reconociste el lugar. Era la ocasa de un amigo de tu hermano, a la que fuiste con cuatro o cinco más después de esa noche de sábado. Concluiste que la rubia en bombacha y musculosa blanca debía ser la misma que te llevaste al baño de hombres a darse unos saques y unos besos. Suspiraste. Si tenías los pantalones puestos es que no te la habías llegado a coger. Probablemente te desmayaste apenas tocaste la cama, como cada vez que descontrolás. Con esa actitud de rockanroll no la volvés a poner nunca más.

Cruzás el patio hasta la cocina, prendés una ornalla y ponés la pava. No es la primera vez que te despertás una mañana de domingo en ese lugar. Mientras preparás el mate te acordás de esa vez, cuando tenías 17 años, que salieron con tu hermano y sus amigos a romper la noche. Era la última vez que salían antes de que se fuera a España, con la crisis del 2001. Esa noche terminaste derrapado, recordás sonriendo mientras cebás el primer mate. El agua todavía está fría. Esa noche le habías puesto todas las pilas. Llegaste sonriente con un Juancito Caminante a esta misma casa, donde habían hecho la previa. Los amigos de tu hermano también se colgaron cara de fiesta, pero duró poco. La botella de whisky se terminó en media hora y salieron a bailar, vos ya fumado y borracho. Para cuando llegaste a la pista habías perdido toda cordura y bailabas en estado de trance hipnótico para no soltarte ni recordar por un instante que tu hermano, ese mismo que estaba apretándose a una morocha divina, al día siguiente se iba a otro continente sin pensar volver. Un rato después estabas tirado en un rincón, llorando sin control como el hermanito menor que nunca dejaste de ser. Después de eso no recordás nada, hasta despertarte a la mañana siguiente de la misma forma que hoy. Te reís para no volver a llorar, pero de vergüenza. Las cosas que hace uno cuando es pibe.

Te sentás en una silla del patio con el mate y la pava, y empezás a intentar recordar la noche anterior. Ahora que lo pensás, si terminaste igual que aquella vuelta, debe ser porque no sólo los pibes derrapan. ¿O será que seguís siendo un pibe?...

Sacás la cuenta: seis años pasaron desde entonces. Tu hermano volvió de España el año pasado, cuando luego de cinco temporadas decidió que para laburar de mozo, laburaba en casa. Seis años nada más, pero te pesan como una vida. En esos años terminaste el secundario, empezaste y dejaste tres carreras y laburaste de cinco cosas distintas. Tuviste dos amores y varias amantes, la muerte de un amigo y el nacimiento de tu sobrina. Sentís que pasaron décadas desde que eras ese niñato irresponsable que con tres whiskys pierde el conocimiento.

Y sin embargo ahí estás, en el mismo patio que hace seis años, tomando mate de la misma pava. El sol ya empieza a calentar la mañana, pegándote de lleno en la cara. Cerrás los ojos, sentís su calor acariciándote la piel. Claro que creciste desde entonces, eso es innegable. Pasa que aún te queda mucho camino por recorrer. Comprendiste algunas cosas, amaste y sufriste, pero todavía estás muy lejos del hombre que vas a ser. Te falta experiencia, sabiduría, pero no hay apuro: todavía no es el momento. Y sonreís, porque entendés que seguís siendo un pibe. La juventud es la etapa ideal para mandarte todas las cagadas que puedas. Es el presente el momento para cometer errores y despertarte las mañanas de domingo bajo techos desconocidos acompañado de rubias en bombacha. Pero tenés que dejar de derrapar así, pibe. Porque con esa actitud de tockanroll, no la volvés a poner nunca más.

lunes, octubre 05, 2009

Videoclip

Este es un post antiguo que decidí hacer resurgir de las cenizas.
Deben ir leyéndolo al compás de la música, sino no tiene gracia... enjoy.



EeeeeeEEeeee… qué groso este tema, cómo me gusta es muy pilas me encanta caminar por la calle con esto al mango en los auriculares podré subirle un toque?? Fuck está a tope… bueh me prendo un pucho para llamar al bondi, es buenísimo poder imaginarte en un video clip, la música sonando en la noche y vos en Cabildo y Juramento, fumando un pucho y esperando el 168. Re cierra el cuadro aunque también debe ser porque estoy un toque fumado. La puta con este bondi, hace mucho frío, man no ves que prendí un pucho?? La Ley de Murphy dice que tenés que llegar!! Pilas, man. Pila-pila.


Lo llamo a Tank y “un peso por favor”. Qué bueno que es este tema… uh pero el bondi está hasta las tetas. Odio tener que pasar por todo el mundo pidiendo permiso no entiendo cómo se corren cuando ven que vas para el fondo, qué infelices… La ciudad pasa por las ventanas como si estuviera escuchando la bata de Hard Fi nothing for me, nothing for you y me re veo cantando con la banda en un recital hasta las bolas de gente tipo en Obras todo chivado y con la música llenando el estadio lleno de gente que canta a los gritos y yo con el micrófono that’s what they teach you at school y los de la banda aunque no sé qué carajo haría en ese lugar, tiene demasiada fuerza… ya dobla por José Hernández? Qué orto, se desocupó este lugarrr, me siento me siento seeee me senté, la vida es bella, viva Benigni y forza Italia.

Menos mal que me senté porque llegó el estribillo!!!…



EeeEEEEEeeeee… la verdad que estoy un poco loco y no sé, se me debe notar un toque pero ya fue total los pibes están esperándome y… epa esa morocha de dónde salió?? Cómo fue que no la vi subir?? Dios, está muy buena… AAAaaaaAAAA… pobre está parada y yo acá sentado si no hubiera quichicientas personas en el medio aunque sea le dejo el asiento pero así no da ni un poco… pero qué le pasa?? Tiene algo en los anteojos, como si fuera una niebla intelectual que le empañara los vidrios a dónde estará yendo? Que se baje conmigo por favor y si yo la sigo y me bajo con ella?? Que no me mire suburbian knights la puta mejor me hago el boludo por la ventana que pasa people get angry y esos anteojos que le enmarcan los ojos qué linda que es creo que me estoy enamorado y que buen tema que suena but I ain’t got time for that cause those bills keep dropping through my door.

Sabés lo que haría con vos?



Te llevaría en brazos hasta la playa más linda de Brasil y te comería el cuerpo besos tragándome toda la arena porque no me importa nada te hablaría tiernamente acariciandote las orejas y esa lluvia negra que tenes por pelo te la peinarías diferente cada mañana y me sorprenderías mientras yo preparo el café del desayuno y dejaríamos enfriarse el café mientras te desnudo en la cocina porque no me podría ir a laburar ni vos a la facultad que seguro vas a la facultad antes de hacerte el amor en el piso de la cocina porque no puedo creer lo que son tus anteojos y tu niebla de melancolía de Filo y Letras que te empaña toda la cara y la nariz, no me mires, no me mires porque no voy a poder mirarte más, y mierda dónde estoy?? Ah no falta todavía…


Hagas lo que hagas no te sientes, no te vayas ni te bajes sólo quedate para siempre o al menos hasta que termine el tema en este bondi y yo voy con vos hasta el fin del mundo, no te vayas pero ahora mirame sí mirame así no puedo creer lo hermosos que tenés los ojos y el escote con este frío ese escote negro es lo más sexy que vi en mi vida pero no te puedo aguantar la mirada por qué me mirás así me hacés mirar a la ventana. EeeeEEEeee tengo que hablarte, decirte algo pero vos estás re colgada de nuevo estarás fumada como yo?? Tenés pinta de cuelgue y en cima estás escuchando algo con auriculares AAAAaaaAAA, estarás escuchando este tema?? Ni en pedo esta banda no la conoce ni el loro pero mirá si estás escuchando lo mismo que yo el mismo verso que yo y también te imaginás que esto es un videoclip y que es de nuestra historia que nos cruzamos en un bondi escuchando lo mismo pero como vos sos vos y yo soy un cagón y es de nuestro amor que nunca se va a realizar, este amor en el que te regalaría el mundo y vos me leerías poesía en francés y yo te toco la guitarra por horas y vos me metés la mano debajo de la remera mientras estamos en público porque te gusta excitarme en secreto frente a todos y yo te acaricio las piernas mientras vamos en el ascensor, y nos peleamos cuando yo me pongo celoso y nos tiramos platos pero porque estamos igual de locos los dos igual de enamorados y después llorando nos arreglamos y otra vez recorrería tu cuerpo milímetro a milímetro sacándote la piel hasta que estés toda desnuda y gozando y yo feliz de tenerte sola conmigo porque sólo estarías conmigo en esta ventana, en este viaje del 168 y en esta parada donde te vas a bajar porque ya tocaste el timbre y yo soy demasiado cagón para seguirte o pedirte que no te vayas pero que me enamoré de vos y que nunca más después de que bajes estos escalones voy a poder coger otra vez sin imaginarme tus anteojos y tu niebla y siempre recordaré esa espalda, tu espalda negra como el escote y los violines que suenan, que se está bajando del bondi, aunque te des media vuelta antes de bajar y me sonrías despidiéndote y nunca más te vuelva a ver.


eeeEEeeee…


OoooOOOoooo…


jueves, octubre 01, 2009

Ior atenshon plis

El viejo dominio http://wouldyoudance.blogspot.com ha sido abandonado. Cuando creé esa URL la verdad que no tenía idea de qué poner y me inspiré en un tema de Panic! at the Disco que estaba escuchando en ese momento (consejo: ese criterio nunca funciona, no lo utilicen).

Dado que tanto mundomandarina.blogspot.com como mundo-mandarina.blogspot.com están injustamente acaparados por dos desconocidas que ni se dignan en actualizar (MALDITAS!! LAS ODIO!!), me puse autorreferente y creé...

http://ClaireMandarina.blogspot.com.

Así que para los que me leen por Google Reader, deberán modificar eso si quieren seguir leyéndome... o aprovechar este inconveniente para dejar de hacerlo, si ya no les gusto más.

Gracias por su tiempo. Ahora volvemos a nuestra programación habitual.

miércoles, septiembre 30, 2009

Las amantes

La amante es la mujer más hermosa del mundo
durante algunas horas por semana.
(anónimo)



Existen muchas formas de clasificar a las mujeres. Hay quienes se dedican a eso. Yo, por mi parte, siempre fui de lenguaje audiovisual: me crié viendo películas, por lo que mi criterio favorito para entender a las mujeres -o al menos el más utilizado- es el del cine.


Un tipo de mujer o de personaje femenino que más atrae mi atención es el de la amante. La amante es una mujer, ante todo, especial. Tiene un carácter fuerte, llamativo - es imposible no notarla en cualquier tipo de reunión social. Como si su presencia atrajera reflectores de atención, a pesar de estar discretamente conversando en un rincón con un hombre cuyos ojos clava en su escote. Es poseedora de una sensualidad única, aún no siendo la más hermosa de la sala. Hay algo en la forma en la que sostiene el cigarrillo, o en el beso que deja marcado sobre la copa de vino que despierta curiosidad y erecciones.

La amante pertenece al club de los solitarios que deciden romper las reglas sociales castigadas por las miradas indiscretas y los programas de chimentos. Son mujeres solas, en el sentido más profundo de la palabra. Pero no porque su cama esté vacía más días a la semana que la de otra. Su vida sentimental se basa en el rechazo a exigir monogamia, lo cual la separa mucho de sus congéneres. Las amantes son el cáncer de las casadas, se come su matrimonio por dentro. Por eso las amantes son mujeres solitarias: sus congéneres las abandonan y las castigan. Por eso en las películas la amante siempre es mala: porque es la enemiga de la protagonista. Porque es la otra.

La duda que ha nacido en mi cabeza y empieza a germinar su semilla en este post, es por qué siempre se las ve en ese rol. ¿Cuál es la vida de una amante? ¿Qué siente, qué piensa? ¿Una amante es una mujer que toma la decisión de la soledad por un hombre? ¿Es una mujer feliz?...




Mmm...



Yo creo que puede serlo...


lunes, septiembre 28, 2009

Publicate esta Mandarina III

Está bien, lo admito: como todo blogger, mi sueño es ser Casciari. No en el sentido literal del término (tendría que engordar algunos kilos, mudarme de planeta y, ah sí, cambiar de sexo), sino en el sentido de vivir de bloggear, o al menos de escribir. Hay días en los que siento que éste es un sueño inalcanzable, y otros en los que siento que estoy más cerca que nunca de cumplirlo.

Hoy es uno de los segundos. Porque una vez más, los chicos de Oblogo decidieron que vale la pena que forme parte de su divina publicación. Así que pueden encontrar mi post Miss Universo en el n°18 de esta hermosa revistita de distribución gratuita.


Gracias Oblogos míos por seguir confiando en mí!... Cada vez que lo hacen me siento un pasito más cerca de mi sueño.


Ah!... Parece que se viene un concurso
entre todos los posts publicados en Oblogo...
Apenas sepa más les cuento!

domingo, septiembre 20, 2009

La metáfora de Dexter

Cuando era chica, o joven, o más joven que hoy, entendía que el amor se basaba en una transparencia absoluta entre dos personas. Nada que ocultar, nada que mentir: una honestidad al 100% que nos volvía seres sin secretos ni sorpresas. Para mí, quererse era eso: una absoluta confianza, una certeza. Una verdad.

Ayer terminé de ver la primera temporada de DEXTER, la serie protagonizada por el glorioso Michael C. Hall (que también hizo de David Fisher en la fantástica Six Feet Under). Como muchos de ustedes ya sabrán, la historia de Dexter se centra en su doble vida: para todo el mundo, es un especialista en manchas de sangre, y trabaja en el departamento de homicidios de la policía de Miami. Pero para sí mismo, y para sus víctimas que nunca volverán a hablar, Dexter es un serial killer extremadamente prolijo e inteligente, cuyos asesinatos nunca salen a la luz del sol.

El gran nudo de la serie es cómo logra Dexter vi
vir una vida construída sobre mentiras y apariencias que protegen su verdadero yo. Dexter es un monstruo enmascarado que oculta en su interior una realidad inconfesable. Sabe que no puede contarselo a nadie, absolutamente a nadie, porque su verdad interna es tan terrible y abominable que nunca nadie podrá entenderlo, aceptarlo, amarlo por cómo él es en verdad. Entonces, aparenta. Aparenta sonrisas en las fotos familiares, aparenta sentimientos por su novia Rita y su hermana adoptiva Debra, aparenta ser normal cuando en realidad no lo es.

A primera vista la forma de vida de Dexter parece asfixiante. ¿Cómo es posible vivir aparentando? ¿Cómo puede sobrevivirse una vida de máscaras constantes y secretos irrevelables? Dexter dice sentirse un mero espectador de su vida cuando se encuentra rodeado de personas, alguien que ve como otro vive con su cuerpo y su nombre.

Mientras terminaba de ver el último capítulo, acariciaba el pecho de mi novio, dormido sobre el sofá. Lo veía dormir, lo sentía dormir: su piel viva, tibia, que lo recubre; su pecho inflándose de aire, mantenién
dolo con vida; sus ojos cerrados, abiertos en el sueño. Y pensé en todo lo que nos acerca, lo que nos mantiene juntos, y también en lo que nos mantiene separados, individualizados. Nuestro amor no es el que creía cuando era chica, no: tenemos secretos, pasados, nervios internos que no son aptos para compartir. ¿Acaso esto implica que nos queremos menos, que nuestro amor es una apariencia, o que es menos verdadero?

Comprendí que no. La definición del amor que
tenía es de niña, de joven, de inexperimentada. El amor toma diferentes formas según la persona, pero también según los años. Nuestras formas de amar cambian con nosotros. Y esto me lo enseñó Dexter. La forma de vida de Dexter es una metáfora para todas las formas de vida. Todos somos Dexter. We all have our secrets. Vvimos nuestras vidas tras las fronteras infranqueables de nuestra propia piel, nuestro campo AT. Hay asuntos que nunca nadie logrará siquiera sospechar de nosotros mismos. Secretos, pudores, mentiras: no importa de qué se traten, son sólo propios. Y eso no es engañar, ni ocultarse; eso es comprender una verdad universal para aceptarnos a nosotros mismos y aceptar a los demás. Para mejorar nuestros vínculos y, a la vez, ser más independientes.


jueves, septiembre 17, 2009

Miss Universo

El comedor del hotel estaba casi vacío a esa hora de la madrugada. Ana se pidió un café negro, prendió un cigarrillo y dejó a Lucía en el piso. La nena tenía un año, pero había empezado a caminar a los nueve meses, así que parecía una enana correteando entre las mesas. Sólo había otras dos ocupadas: un hombre solo que tomaba Campari mirando por la ventana, y más apartados, dos militares sentados y uno de pie, fumando cigarros. Ana intentó relajarse. El avión que había conseguido para ir hasta Madrid hacía escala en Chile, donde paraban una noche, para volver a salir rumbo a la madre patria a las 6.30AM. En Madrid la esperaba Bernardo, el padre de Lucía. Corría el año 1987. Las heridas de un genocidio disfrazado de guerra contra la subversión aún no sanaban del todo. Ana había perdido a muchos amigos y familiares durante la dictadura argentina, y ahora se encontraba en una dictadura chilena. Saberse en territorio gobernado por un milico de facto la incomodaba y le traía memorias todavía frescas y dolorosas. Apagó el cigarrillo, terminó el café y levantó la vista. A Lucía no se la veía por ningún lado.

Inquieta, se levantó. Lucía, Lucía... ¿dónde estás, Lucía? La nena no aparecía y Ana maldijo sus minutos de distracción. Comenzó a buscarla por todo el comedor, llamando a Lucía, Lucía... ¿Lucíaaa? Finalmente la nena apareció abajo de una mesa cercana a los tres militares. Se acercó hasta allí y la tomó en sus brazos, cuando el chileno de pie la miró a los ojos. Ana apretó a su hija contra su pecho y durante esa mirada recordó como un remolino los robos de bebés de la dictadura argentina, las torturas, las desapariciones... El militar le sostuvo la mirada, y para su sorpresa, le sonrió.

-¿Su hija se llama Lucía?
-Sí, señor.
-Como nuestra segunda madre...

Ana no comprendía. ¿Qué segunda madre? ¿De qué hablaba? ¿Qué podía tener ese milico horrible y torturador con el nombre de su hija? Y entonces recordó: Lucía Pinochet.
No pudo evitarlo, todo transcurrió en un segundo. Sin pensar, sin pensarlo, Ana respondió

-Mire caballero, madre hay una sola...

El milico permutó la sonrisa brillante que lo adornaba hasta entonces por una mirada seria de asco y sospecha. Lentamente dio vuelta a la mesa donde sus dos compañeros observaban la escena, y solicitó

-Documentos, por favor...

Ana entró en pánico interno. De repente cayó en la cuenta de lo que había dicho, de dónde estaba... Se excusó diciendo que tenía que ir a buscarlos y se retiró del salón comedor, sintiendo las miradas militares clavadas en su nuca de posible subversiva.

Una vez en la habitación pensó en qué hacer. Dejó a la nena dormida sobre la cama y empezó a dar vueltas como un tigre enjaulado. Tenía que llamar a Bernardo, avisarle lo que había pasado. Su cabeza era un huracán. Los milicos la habían perseguido durante los 70' por sus amistades revolucionarias y la habían empujado al exilio. Había logrado escaparse de la muerte en ese entonces, y ahora lo echaba todo al diablo por no saber callarse la boca. En eso, suena el teléfono. Le avisan de conserjería que están haciendo un simulacro de incendio, y que tiene que bajar. Ella se negó argumentando que la guagua estaba dormida y no podía dejarla sola. Insistieron. Se negó y colgó. El teléfono volvió a sonar. Ana comenzaba a desesperase, a abandonarse, a sufrir por adelantado el robo de Lucía que sería entregada a una familia colaboracionista y crecería bajo el ala de Pinochet, mientras el teléfono de la habitación volvía a sonar con insistencia. Ana estaba al borde del llanto cuando de repente escuchó un grito enorme y colectivo, como un gol. Más gritos, risas, alegrías: fuera de la habitación, Chile estaba festejando. ¿Qué pasó?, se preguntaba. Oyó un champagne descorchándose y felicitaciones y besos. Abrió entonces tímidamente la puerta y vio al personal del hotel brindando, poniendo música y festejando como si fuera año nuevo. Escuchó a un botones gritar "¡¡Las chilenas son las mujeres más lindas del mundo!!". Y entonces prendió la televisión.

Todos los canales, absolutamente todos, mostraban la misma imagen. Una rubia de peinado alto y cintura diminuta lloraba de alegría con una corona en la cabeza. Su vestido blanco llevaba una banda que rezaba CHILE, y le estaban poniendo otra por encima. Cecilia Bolocco había sido coronada Miss Universo, y Chile entero estaba de fiesta.

Ana esperó. La alegría seguía en los pasillos y en las calles. Los chilenos estaban festejando y emborrachándose. El teléfono no volvió a sonar. Y a las 6.30AM, subió con su Lucía al avión con destino a Madrid.

miércoles, septiembre 16, 2009

Encuesta Mandarina

Encuesta para usuarios de Twitter:

¿Cuántas pestañas tenés abiertas ahora?

La política como herramienta de transformación



La riqueza de una vida cualquiera está dada por sus multifaces. Cuantas más actividades seamos capaces de disfrutar, mayor será nuestro provecho de la vida. Entre las tantas cosas a las que dedico mi tiempo se cuenta la política. Asumo que esto debe ser una sorpresa para muchos de los lectores de este blog, puesto que no suelo escribir sobre el tema aquí. Por lo general me reservo otros espacios y soportes para hablar sobre este tema tan incómodo para la mayoría de la juventud. Pero hoy tengo ganas de escribir sobre algo muy básico: por qué hago hago política.
Pero antes de seguir con esto, dame play.



El concepto política es muy complicado. Como estudiante de Ciencia Política puedo afirmar que cada autor, cada teórico, lo define diferente y según su propia perspectiva. Cada uno trabaja con la definición que cree correcta. Y en mi caso, como futura politóloga y como militante, entiendo a la política como una herramienta de transformación.

Vivimos en un país enorme y dividido por mucho más que ríos y meridianos. La realidad de nuestra sociedad y nuestro pueblo está partido en dos: mientras algunos son dueños de riquezas incalculabes y derraman litros de leche en las rutas protestando porque quieren tener más, otros corren carreras en basureros por encontrar algo más que la nada. Nuestra realidad es dolorosa e injusta, a pesar de que nosotros no seamos las víctimas más crudamente afectadas por la catástrofe de la desigualdad social.

Hay un momento en la vida de todos en los que esta realidad nos golpea en la cara aunque no la querramos ver. Los nenes descalzos en el subte repartiendo estampitas a cambio de miradas desviadas e incómodas, los adultos revolviendo la basura de Barrio Norte en búsqueda de cartón; quien niegue haber visto estas imágenes está ciego de negación. Y yo me niego a acostumbrarme a estas visiones. Me niego a que me sea cotidiano ver a una persona dormir tapada con cartones en una esquina de pleno invierno. Me niego a dejarme acostumbrar a este paisaje, porque no es normal, no es natural. Que haya tantas pero tantas personas condenadas a la miseria y el hambre, sin trabajo ni opciones ni libertad, no es natural: es consecuencia de un orden establecido, un status quo del que todos somos parte; una ruleta rusa que nos tocó en suerte a nosotros y en desgracia a la gran mayoría. Me sé privilegiada, sin dudas, pues como dice Sabina, "tenemos el lujo de no tener hambre".

Es mi negación a resignarme a esta realidad lo que día a día me empuja a seguir haciendo política. Esta realidad tan cruel me llena de compasión (en el sentido no-latino de la palabra); no puedo ni quiero evitar ponerme en la piel de los chicos descalzos del subte. Hacer oídos sordos, mirar para otro lado, callarse la boca: abandonar los cinco sentidos cada vez que se cruza a un pobre requiere demasiada capacidad de negación para mi persona. No puedo ni quiero hacerme la boluda, quedarme al borde del camino, no meterme en estos asuntos; al contrario. Quiero formar parte de algo más grande de mí, cuyo objetivo sea transformar esta realidad.

Acepten entonces mi definición de política. Sólo la política puede transofrmar la realidad, o mantener el status quo. Sólo mediante la práctica y la participación política puede hacerse algo para vivir en un mundo, o al menos un país, más justo para todos. Sé que a todos esta realidad nos golpea, pero la mayoría decide no entrometerse por no saber qué hacer. Lo que yo creo es que, si cada vez somos más los que nos levantemos contra la injusticia, más difícil será para quienes quieren mantenerla.

Estoy segura de que muchos creerán que yo pienso todo esto porque soy joven, y por lo tanto idealista. Sólo tengo una respuesta para ellos: desacreditarme por mi juventud es como desacreditarme por ser mujer. Negar la gran capacidad creativa y vital que tenemos los jóvenes es una estrategia antigua y oxidada que nos reprime la voluntad. Y yo no voy a dejarme convencer por ellos.


Es mucho más cómodo disfrutar del dulce paseo de la comfort capitalista.
Pero también es mucho más egoísta.