jueves, noviembre 17, 2011

Caperucita y Libertad

Buenos Aires es una ciudad maravillosa y gigantesca, llena de secretos y lugares fabulosos. Sin ir más lejos, hoy mismo conocí un espacio olvidado y muy alto, ideal para una película de zombies o un partido de paintball. Dado que no estoy segura de la legalidad de haberlo visitado, dejémoslo como un misterio, al menos por ahora. Concentrémonos en lo importante, en los dos secretos porteños que hoy quiero compartir: Caperucita y Libertad.
La Estatua de la Libertad porteña es una réplica de la mundialmente famosa dama de Nueva York, sólo que bastante más petisa. Fue realizada en hierro rojo y nada más y nada menos que por el mismo Bartholdi, escultor responsable de su gemela gigante y norteamericana. La estatua fue encargada por la Municipalidad de Buenos Aires al artista francés, cuya firma puede encontrarse al pie de la misma. Hoy por hoy se la puede visitar en las Barrancas de Belgrano, sobre la calle La Pampa, entre 11 de septiembre y Virrey Vertiz.
La otra pequeña maravilla es un monumento a Caperucita Roja. Buenos Aires ha de ser una de las pocas ciudades del mundo que homenajea a este clásico cuento tradicional. La preciosa estatua, hecha íntegramente en mármol, fue realizada por el escultor francés Jean Carlus. En ella, Caperucita cruza el bosque con una canastita en la mano y un Lobo espiándola por detrás.
Adquirida por la Municipalidad en 1937, el primer domicilio de Caperucita en Buenos Aires fue en la Plaza Lavalle, hasta que en 1972 se decidió que los bosques de Palermo serían un hogar más apropiado para ella.

Caperucita Roja estuvo tres meses y medio del año 2010 internada en las oficinas de restauración del Ministerio de Medio Ambiente y Espacio Público, y restaurada con la colaboración de Monumentos y Obras de Arte (MOA). Al pobre lobo hasta le faltaba una oreja, pero afortunadamente el equipo hizo un gran trabajo. Hoy puede visitársela en la Plaza Sicilia del Parque 3 de Febrero, mirando hacia la avenida Sarmiento (entre Libertador y Figueroa Alcorta, para los despistados).


Las fotos las saqué de acá y de acá.

lunes, noviembre 14, 2011

Un novio divino

Yo tengo un novio divino. Anda medio para atrás, viste, tiene mucho laburo. Hace como un semana que no nos vemos. ¿Mensajitos? Sí, algunos. A veces me los responde y todo. Los fines de semana no mucho, viste, está con otras cosas. ¿Y llamados? Sí, cada tanto. No atiende el teléfono la mayoría de las veces. De hecho si no le pregunto antes si lo puedo llamar nunca me atiende. Pero bueno, está ocupado. Aparte es de esa gente que no usa mucho el celu, viste. Hay.
Pero me re quiere, mi novio. Cuando dormíamos juntos él inconscientemente me abraza y me mima. ¿Eso es que me quiere, no? Digo "dormíamos" porque hace como diez días que no dormimos juntos, pobre, es que está a mil. ¿Coger, decís? Y, no, últimamente hace como mucho que no cogemos... Se lesionó en un partido, mi vida, y nada, después no volvió a darse. Sí, hace como tres semanas. Raro, no? Casi que cogía más soltera que de novia.
Sí, sí, te digo: una vez fuimos a pasear por la reserva. Sí, una vez. Sí, re lindo! Nada, pasa que habíamos quedado en salir ese sábado, viste, y lo llamé hasta que a las tres me mensajeó diciendo que recién volvía de lo del amigo... Sí, las tres de la tarde... ¿Un toque trash, no? Y nada, vino, pobre, sin dormir, y fuimos a pasear a la reserva. Yo estaba medio enojada pero como vino me lo tuve que tragar, viste, reaccionó. Un poco caracúlico todo el día, eso sí, pero bueno, no había dormido viste... tampoco se le puede pedir tanto...
Y no, ahora no sé... Hace dos días que no sé nada de él, no? No sé qué onda... Hoy tiene ensayo y mañana entrena, así que no creo que nos veamos... Y no, yo después tengo cosas y el finde siempre sale cada uno con sus amigos...
¿Vacaciones? Sí, qué sé yo, le pregunté si le gustaría hacer algo... Viste que medio que no opina mucho... Me deja decidir a mí... Me da un toque de paja tener que tomar siempre la iniciativa... Pero le pongo pilas a la relación...
¿Vos decís?

martes, noviembre 01, 2011

Cannabis Twitter Club - Grupo de Facebook cerrado

El marzo pasado, hace nueve meses, abrí en Facebook el Cannabis Twitter Club: un grupo cerrado de cannabicultores o cultivadores de marihuana, que ven en el autocultivo la mejor forma de luchar contra el narcotráfico. 
Mi experiencia como autocultivadora es escasa. Arranqué el año pasado con algunas semillas en la terraza de mi casa. A medida que el verano avanzaba noté que tenía muchas dudas ("¿por qué están amarillas las hojas?", "¿les faltará algún nutriente?", etc.), pero nadie a quien consultarlas. A través de algunas fotos en TwitPic, empecé a notar que no era la única con marihuanas en el hogar y Twitter en la computadora. Así fue cómo nació el Cannabis Twitter Club. Con rapidez, más cultivetas fueron apareciendo, y los 140 caracteres dejaron de alcanzar, de modo que armé el grupo en Facebook para nuestra comodidad.
El Cannabis Twitter Club o #CTC era un grupo cerrado (esto quiere decir que sólo sus miembros y administradores podían ver su contenido), y, la verdad, muy provechoso. Consultábamos dudas, compartíamos fotos de nuestras plantas, videos, anécdotas, etc. En Mayo instalamos la tradición de juntarnos a cenar todos los lunes a la nochecita, tradición que sigue hasta el día de hoy sin interrupciones. No sólo conseguí el asesoramiento que necesitaba para cuidar mis plantas, sino que también conocí a un grupo humano fabuloso y nos hicimos amigos.
A finales de Mayo salió publicada en el n°39 de la Revista THC una carta de lectores que había mandado contando esta experiencia.

La publicación llevaba en su tapa una foto de la marcha de 16.000 personas que se realizó en Buenos Aires el sábado 7 de Mayo, con el objetivo de reclamar por la despenalización del consumo y la tenencia de marihuana, en el marco de la GMM (Global Marihuana March), un evento mundial con repercusiones en muchísimas ciudades del mundo, y al que los primeros miembros del #CTC asistimos con alegría.
Mi carta en la THC significó un boom para el grupo - de repente teníamos muchísimas solicitudes de cultivadores que querían sumarse. El "grupo chico" de los usuarios "originales" nos volvimos administradores, y procurábamos conocer un poco a los nuevos miembros antes de aceptarlos, para no exponernos a todos a completos desconocidos. Uno es cultiveta pero no boludo, y el fantasma de un rati o, peor aún, un Claudito Izaguirre camuflado, nos perseguía un toque.
Pero el grupo floreció, cual marihuana en febrero. Llegamos a los 81 miembros, de puntos de todo el país (Entre Ríos, Olavarría, Misiones, Villa Gessell). Compartíamos fotos, videos, dudas y anécdotas con tranquilidad y alegría. Hasta ayer.
El 31 de Octubre, a la noche, descubro que me han cerrado mi perfil de Facebook. Y no sólo a mí. Todos los administradores del Cannabis Twitter Club en Facebook habían recibido la misma respuesta: su cuenta ha sido desactivada. Me loguié con mi usuario "real" y verifiqué lo que imaginaba: el grupo también había sido cerrado.
Cuando uno quiere ver por qué desactivaron su perfil, Facebook le explica que se debe a usar un nombre falso. Para poder volver a habilitar la cuenta, es necesario escanear un DNI emitido por el Estado con mi nombre real, que coincida con el de Facebook, y enviarselo a Zuckerberg de rodillas o a culo abierto.

Aquí es necesario hacer un parate. Es verdad que mi usuario no es mi nombre real. Claire Mandarina es sólo un pseudónimo, un nombre artístico, un pequeño disfraz 2.0. Y soy consciente de que rompí las reglas de Facebook al hacerme ese perfil. No me preocupa mi perfil. Me preocupan otras cosas.


La primera es los perfiles de todos los administradores del grupo que SÍ tenían su nombre real. Es el caso de Lisandro y de Gonzalo, por ejemplo. Muchos administradores mantenían contacto con sus clientes y/o empleadores a través de Facebook. Otros trabajan de community manager, y no quiero ni imaginarme qué significará esto para ellos.
Lo otro que me preocupa es el contacto con los 70 miembros del grupo que no eran administradores. El grupo era nuestro lugar de encuentro, y no tenemos otra forma de ubicarlos. Es una verdadera pena perder el contacto con tanta gente con la que compartíamos tantas cosas. Y ellos ni deben saber qué fue lo que pasó.
Yo no grito ¡CENSURA!, porque en Internet, es difícil hablar de censura. Lo que es evidente es que el Cannabis Twitter Club recibió una denuncia, vaya a saber de quién, y bajo qué cargos, y Facebook decidió decapitarlo, arrancarlo de raíz, borrar su absoluta existencia.
Algo fundamental: ninguno de los administradores recibió un mensaje que relacionara el cierre de su perfil con su participación como administrador en el grupo del #CTC. Todos recibimos el mensaje del "nombre falso". Nada lo linkea al grupo, el cual fue enterrado sin explicaciones. Facebook no se hace cargo del verdadero motivo por el cual nos cortó la cabeza.
Todo es un gran bajón, pero no vamos a dejar que nos tire abajo. El Cannabis Twitter Club no muere, se muda. Todavía no sabemos a dónde, pero no nos vamos a dejar amedrentar. Todos los miembros y administradores creemos firmemente que el autocultivo es un derecho de los consumidores, y la mejor y única arma que tenemos para luchar contra el narcotráfico. Vamos a seguir plantando, consultándonos, preguntando, rompiendo las pelotas a los gritos por nuestro derecho a cultivar y a agruparnos. Esto no se termina acá, muchachos.

Podrán cortar las flores, pero no pueden detener la primavera.